Hay momentos especiales, mágicos, tiernos... momentos llenos de recuerdos que te pueden llegar a salvar un día. Para encontrarlos sólo has de estar predispuesto a intuir que con una simple mirada, un gesto o un detalle todo puede ser más especial. Hay niños que tienen una magia llena de sensaciones y que lo ofrecen a cambio de nada. Tienen el don de dar sin esperar nada y su ternura te cautiva. Estirarías los brazos para abrazarlos y apretar fuerte, intentando parar el tiempo, para disfrutar de unos momentos que tú sabes que son especiales y, ellos, con su ingenuidad desconocen todavía. Por lo tanto, ellos dan y dan y tú, si vas a pecho descubierto, sólo has de estar preparado para saberlos apreciar. Y después es cuando ves que son instantes fascinantes.