No sé si lo que tengo que pensar es que a mí no me va a salir bien todo el proceso. Que yo no seré capaz, que me faltará preparación para que todo termine como había soñado. "Es que aún queda tanto..." Todo esto, es demasiado fascinante como para lamentarnos antes de nuestro gran reto. Es innegable que los miedos tienen que estar, nos tienen que salir de dentro, pero la confianza y la esperanza siempre tienen que prevalecer para ir quemando etapas. Es más, para la vida nunca estamos preparados para los cambios y siempre tendemos a pensar en negativo. Por tanto, seamos vitales y digamos: "¿y por qué yo no?" Si precisamente, hay miles de niños como los de la imagen. Ellos aún tienen toda una vida por delante pero necesitan a alguien tan importante como unos padres.
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